Ocurrió el 17 de diciembre de 1949 y fue la tercera consagración de Quilmes, la primera en la segunda categoría del fútbol argentino, que justo ese año había sido rebautizada con el nombre de Primera B.No fue como en 1908, cuando superó a Porteño por 2 a 1 en la cancha de Gimnasia y Esgrima (el mismo club que hoy es más conocido como GEBA) para ganar la Copa de Honor Ciudad de Buenos Aires o como en 1912, cuando vivió lo que hasta el momento era su instante de mayor gloria -y lo siguó siendo, hasta 1978-, al derrotar a Estudiantes (al que hoy le agregan el “de Buenos Aires” cuando lo nombran) también por 2 a 1 y logró el título de Primera de la Asociación Argentina de Football.
No, el título de Primera B de 1949 fue diferente, porque fue espectacular y porque era más que necesario.
Tras el descenso de 1916, Quilmes volvió a Primera en 1920 y allí se mantuvo mientras el fútbol mutaba de amateur a profesional (1931). En 1934 una decisión arbitraria lo mandó a jugar -junto a Tigre- contra los equipos de Segunda de los que participaban en Primera, esa injusticia también la sufrieron Lanús, Talleres, Argentinos Juniors y Atlanta, aunque en una forma diferente: fueron obligados a jugar fusionados (los del sur por un lado y los porteños por el otro)... En 1935 volvió a todo a la normalidad, pero Quilmes nunca se recuperó del todo y descendió a Segunda en 1937.
En el 38 perdió las finales por el ascenso contra... Argentino de Quilmes (¿queda claro que siempre fue sufrido el hincha del Cervecero?) y ese fue otro golpe duro, que costó años de intrascendencia (de hecho casi baja a Tercera en 1941, pero se salvó en la última fecha).
La esperanza de volver a Primera estuvo latente en 1947, pero Gimnasia y Esgrima La Plata se quedó con el único ascenso, postergando a Quilmes al 2° lugar. Al año siguiente se vivió la temporada más emparentada con la “era moderna” del QAC: la base del 47 (sobre todo en los puestos “de atrás”), más refuerzos con “chapa” (desde Racing Club llegó el puntero derecho Victorio Cantatore -que tendría que ocupar el lugar que dejó un ídolo como el Negro Néstor Paz-, mientras que desde Boca Juniors arribaron Juan Carlos Lorenzo -el famoso Toto, luego un reconocido DT- y Norberto Ferrari) terminaron en un... rotundo fracaso. El equipo no se clasificó para la Ronda Campeonato y encima después explotó la huelga, el club se puso más severo que la gran mayoría con sus futbolistas y casi se va al descenso (el campeonato se suspendió, por fortuna).
Nota aparte del Toto: en febrero de 1949 le compró su pase al club en 5.000 pesos y se fue a Italia (Sampdoria), donde recibió 40.000 por su fichaje y 1.000 por mes de sueldo... Los negocios malos de Quilmes no sólo son de ahora...
Cinco días más tarde, Jesús Castro (lista Blanca) fue reelegido como presidente del club al imponerse en la asamblea que se realizó en el cine Mitre al obtener 448 votos. Juan Carlos Iribarne, candidato de la opositora lista Renovación sumó 293.
La consolidación del equipo
En cuanto a lo futbolístico, 1949 fue el año del cambio. Hubo varias “primeras veces”: de Quilmes obteniendo un certamen profesional, además uno de ascenso y justo en el año en que Segunda División dejó su nombre para pasar a ser Primera B (parece sólo algo semántico, pero no lo es). Además, si bien la estadía en la A no fue extensa (sólo duró dos años) este título sirvió para sacar al Albo del ostracismo, para que se transforme de ese momento en adelante en un candidato firme al ascenso en todos los años y para dar un batacazo tremendo al año siguiente en el Monumental ante River Plate (tema de otro post, sin duda).
En el debut (ante Colón, empate 1-1 con gol del Loco Santos, en Ferro porque la cancha de Guido y Sarmiento estaba suspendido) Quilmes formó con (en cursiva los refuerzos): Carlos Tosta, Pedro Dellacha y José Basano (ex Almagro); Enrique Leguía (primer partido, de inferiores), Victoriano Leguizamón y Nicolás Giannattasio; Francisco Rizzo (ex Defensores de Belgrano), Carlos Rojo (último partido en el club), Carmen de Jesús Contreras (ex Nueva Chicago), Manuel Malachane (ex Defensores de Belgrano) y Juan Ramón Santos.
Fue un equipo que costó armar, en el fondo el único titular de verdad que estuvo todo el año fue Dellacha, los demás, no: Tosta luego de la fecha 3 se fue a Mar del Plata y regresó en la 12; Bartolomé Costa (otro que venía de Boca Juniors) comenzó a hacer dupla con Dellacha recién en la 14; Osvaldo Méndez (ex River Plate), Jorge Marcilla (proveniente de Estudiantes de La Plata) y Julio Baldovino (del club, con más de 100 partidos en el lomo) se hicieron cargo de la línea media luego de dos derrotas al hilo, en la jornada N° 8.
En tanto que la delantera también sufrió muchísimos cambios, ya que sólo estaba Santos. ¿Los demás?: el primero en hacer su presentación fue el centrodelantero Adolfo Paraja (ex Estudiantes de La Plata), en la 4ta. fecha, pero recién en la 22 se consolidó como titular (alternó con un histórico como Héctor Rógora, hasta que se fue a Temperley o Contreras); luego apareció el wing derecho, Cantatore, en la 7ª (no jugaba desde el inicio de la huelga del año anterior); el siguiente fue Rubí Cerioni (un joven de 22 años, insider izquierdo, ex River Plate, desde donde había llegado junto con Méndez en un trueque por Adolfo Montes), que se calzó la blanquita en la fecha 13 y la pieza que faltaba, José Pirula Santiago (que había hecho las inferiores en Quilmes pero que venía de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde había ascendido en 1944 y 1947) arribó en la fecha 17.
Hasta ese momento, fecha 16, Quilmes estaba 5° en la tabla (9 ganados, 2 empates y 4 derrotas). El líder era Dock Sud con 25, Colón tenía 23, el tercero era Unión con 21 y con 20 estaban El Porvenir (con 14 PJ), Quilmes (15) y Nueva Chicago (16).
Pero con la llegada de Santiago y el ensamble total del equipo, todo cambió, Quilmes fue una máquina que sólo cayó en la última fecha de la primera rueda ante el líder Dock Sud (20/8) como visitante (antes había insinuado su contundencia, por lo menos en resultados al ganar 4 y empatar 1).
Como dato curioso, pero habitual en los clubes en esos tiempos, el 21 de agosto, Juan Domingo Perón fue declarado “presidente honorario” del club, además recibieron el título de socios honorarios: Eva Duarte de Perón, Ramón Cereijo (ministro de Hacienda) y Domingo Mercante (gobernador de Buenos Aires).
En la segunda rueda todo fue espectacular, un empate 0-0 ante Colón en Santa Fe (donde el Sabalero era imbatible: había ganado 18 y empatado sólo 2 encuentros, con 55 goles a favor y 11 en contra desde su debut en AFA, el año anterior) y una racha interminable (récord histórico del club y compartido recién en 1972 con All Boys en la categoría): 11 triunfos consecutivos.
Y qué triunfos, primero cayeron Nueva Chicago (2-1, local) y Argentinos Juniors (3-0, visitante).
Luego llegó la fecha libre y el equipo se fue a Río Negro, donde superó el sábado 17 de septiembre a un combinado de la Liga local por 5 a 2. Al día siguiente se jugó otro encuentro y volvió a ganar el Albo, esta vez por 3 a 2.
Al volver a las presentaciones por el campeonato, siguieron los triunfos: Defensores de Belgrano (7-1, local), Estudiantes (4-3, visitante en la vieja cancha de Atlanta), Colegiales (4-0, local), Argentino de Rosario (3-0, visitante), Talleres (6-2, local), Temperley (3-1, visitante), Barracas Central (6-3, local, Quilmes queda puntero), Unión (3-2, épico triunfo ante el escolta que generó un post aparte, ver acá) y All Boys (4-2, local).
Luego, Argentino de Quilmes se jugó la vida en el clásico y se cortó la racha. Fue 1-1 en La Barranca, con goles de Alberto Nella para el local (a los 9’ y “con la mano”, según diario El Sol) y de Rubí Cerioni a los 35’. A los 64’ Rubén Bussetti, arquero del Mate se retiró lesionado (Nella ocupó el arco) pero ni así Quilmes pudo doblegar al local, de gran actuación. Hubo algunos incidentes “entre hinchas jovencitos” (El Sol).
Igual, el empate no pudo detener marcha, ya que en la jornada siguiente superó por 3-2 a Excursionistas en Guido y Sarmiento, donde ya se palpitaba el ascenso y se planeaba construir una nueva tribuna lateral (la anterior se había desmantelado al principio de la década).
En ocasión del 50° aniversario de Argentino de Quilmes, el Albo prestó jugadores para formar un combinado y enfrentar a Boca Juniors. En ese partido, se desgarró Cerioni y se perdería los próximos dos encuentros (reemplazado por Leguía).
A continuación, por el campeonato cayó Almagro, por 3-0 (vieja cancha de Atlanta) y luego vino el partido del festejo por adelantado: 5-1 a Tiro Federal de Rosario en Quilmes, día del gol 100 del equipo (lo hizo Leguía). El público invadió la cancha faltando 5 minutos porque el Albo le sacaba 6 puntos a su escolta en la tabla (Colón), que tenía sólo tres partidos por delante (todavía no había quedado libre). Sí, Colón debía ganar todo, pero además rezar para que Quilmes no sumara en 4 fechas.
La nota más graciosa del año apareció en El Sol el 13 de diciembre, allí apareció una solicitada en la cual se pedía que los hinchas ¡¡¡devuelvan los botines de los futbolistas!!! Y encima al día siguiente se informó que se habían devuelto tres pares... Surrealista.
Y así se llegó al domingo 18 de diciembre, cuando Dock Sud, que denunció intentos de soborno, goleó a Colón por 5 a 2 (el partido se jugó a las 10) y Quilmes, que se presentaba recién a las 18 en Rosario ante Central Córdoba, fue campeón sin jugar (otro motivo por el cual 1949 fue distinto). La euforia fue tal que El Sol sacó una edición especial el lunes 19 (era el único día de la semana que el matutino no salía a la venta) y en la tapa el título tan esperado: CAMPEONES!! ¿El partido? Un 1-1 aburrido.
Luego se superó a El Porvenir (4-1), se empató con Los Andes en Lomas de Zamora (emotivo 4-4) y se coronó la campaña (el 7 de enero) con una goleada ante Dock Sud (5-0). Entre los festejos, se detonaron 118 bombas, una por cada gol convertido en el certamen.
Pasó hace 60 años, pero a pesar del tiempo, queda en el recuerdo de los que lo vivieron y de los que escucharon historias y anécdotas de ese equipo, el mejor (junto al de 1975) que el Cervecero tuvo en campeonatos de ascenso. Un equipo que (como el de 1975) nunca recibió un reconocimiento acorde a los momentos de gloria que le hizo vivir a la institución, a los hinchas y hasta a la ciudad (luego del título, los jugadores recibían regalos en todas las tiendas, en agradecimiento). Lamentablemente, el QAC es un club que no suele llevarse bien con su historia, pero a pesar de eso, vaya desde este humilde espacio esta reseña para decirles una vez más ¡¡¡gracias campeones!!!
Campaña: Pts: 63 / PJ: 40 / G: 28 / E: 7 / P: 5 / GF: 118 / GC: 53.
Los que lo hicieron posible (y la cantidad de partidos disputados): Juan Ramón Santos 39; Pedro Rodolfo Dellacha 36; Julio Marcos Baldovino y Osvaldo Méndez 34; Victorio Cantatore 31; Carlos Rubens Tosta 29; Bartolomé Humberto Costa y Jorge Marcilla y Adolfo Alberto Paraja 28; Rubí Orlando Cerioni 26; José Santiago 24; Enrique Guillermo Leguía 15; Carmen de Jesús Contreras y Victoriano Leguizamón 12; José Mario Basano 11; Francisco Rizzo y Héctor Raúl Séptimo Rógora 8; Nicolás Giannattasio y Manuel Rubén Malachane 7; Armando García y Julio Gómez 4; Antonio Gómez y Vytanutas Krisciunas 3; Félix Alfredo Benseñor, Juan Silvano Ferreyra y Rodolfo Pérez Berot 2; Alberto Lucas Martínez, Hugo Negri y Carlos Rojo 1.
Goles: Santiago 22; Cerioni y Santos 18; Paraja 16; Cantatore 13; Malachane 7; Contreras y Rógora 5; Leguía y Leguizamón 4; Méndez 3; Baldovino, Giannattasio y Juan Carlos Trincavelli (Excursionistas, en contra) 1.
DT: Alfonso Diotallevi.
Foto 1: La vuelta olímpica de los campeones.
Foto 2: El equipo de Quilmes que logró el triunfo inolvidable en la cancha de Unión.
Foto 3: Baldovino y Santos junto a Quevedo y Olivero, de Argentino de Quilmes.
Foto 4: El temible quinteto ofensivo, Cantatore, Santiago, Paraja, Cerioni y Santos.
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